Que no se discuta el racismo (3-4)

Que no se discuta el racismo
David Hernández Palmar
Lado izquierdo, Nazis parados frente a fosas comunes de las víctimas del Holocausto Judío; Lado derecho, Soldados estadounidenses posan para una foto cerca de una fosa común de Lakotas muertos tras la masacre de Wounded Knee el 29 de diciembre 1890. Crédito: Izquierda: jpelligrino.com; Derecha: Archivo
Hay muchas similitudes entre la lógica de exterminio de Estados Unidos en contra de los originarios de sus tierras y la de Hitler en contra de los judíos, ya que ambos pueblos eran considerados “problemas” por lo que había que erradicarlos, pero la similitud que resalta es que ambos genocidios fueron negados.
El artículo Ugly Precursor to Auschwitz: Hitler Said to Have Been Inspired by U.S. Indian Reservation System (El Feo Precursor a Auschwitz: Hitler dijo haber sido inspirado por el Sistema de Reservas Indígenas de los Estados Unidos) de  Simón Moya-Smith, también refiere que en el año 2012, la senadora republicana de Colorado, Ellen Roberts, no apoyaría una resolución que reconozca el genocidio de indígenas estadounidenses, debido a que “textualmente” los indígenas no están extintos.
Cuando busco la palabra exterminar, significa destruir totalmente, y añade Roberts; …mi problema con esta resolución es que Gracias a Dios que no hemos destruido totalmente a los Pueblos Indígenas de Estados Unidos. Uno de mis retos es léxico, ya que se habla como si estuviesen extintos, pero no lo están... Lo irónico de la senadora Roberts es que recientemente firmó dos resoluciones reconociendo el Holocausto Judío y el Genocidio Armenio.
Es aquí donde México dice presente por su reciente incursión en “una de vaqueros” con el Caso de Ayotzinapa, donde 43 estudiantes indígenas fueron masacrados y el Estado Mexicano ha reconocido la ejecución de los 43 jóvenes, pero jamás los ha reconocido como indígenas; así como la prensa y otros medios tampoco lo han hecho. Se les define como estudiantes, normalistas, futuros profesores, pero no como indígenas. Hay temor de que a este acto de barbarie, se le adicione el elemento de genocidio.
Por supuesto que en este caso, hay otros elementos que fueron mucho más determinantes que la pertenencia cultural de los estudiantes, como su posición política, su ideología y estrategias de lucha, pero aún así, es sintomático de nuestra sociedad hipócrita y racista.
“Todos las hacemos o las hemos hecho más de una vez”
No obstante, quien mediáticamente encabeza en México el referente obligado de esta lógica, es Lorenzo Córdova, presidente del ente encargado de promover la participación ciudadana en los procesos de elección en ese país, el Instituto Nacional Electoral (INE). Córdova fue captado en un audio burlándose de una comunidad indígena a la que le dio asesoría.
Marcha hacia la sede  de la ONU en Nueva York con los familiares de los 43 estudiantes indígenas asesinados en México.  Créditos: https://instagram.com/jr/
No mames, cabrón: es que desde las dramáticas reuniones con los padres de Ayotzinapa hasta esto, había un mundo. No voy a mentir. Te voy a decir cómo hablaba ese cabrón: «Quiobo, Jefe Gran Nación Chichimeca. Vengo Guanajuato. Yo decir a ti, o diputados para nosotros o yo no permitir tus elecciones» Yo no sé si sea cierto que hable así, cabrón. Pero vio mucho Llanero Solitario, cabrón […]. Nada más le faltó decir: «Yo, Gran Jefe Toro Sentado. Líder Chichimeca». No mames, cabrón, no mames. No, no, no, de pánico cabrón. O acabamos de aquí divertidos, o acabamos en el siquiatra de aquí.
Las discusiones y debates en México en torno a este tema, sobre todo en las redes sociales, en muchos casos giraban en torno a “lo exagerado” de las reacciones condenatorias del hecho. Se decía que esa burla u otras similares “todos las hacemos o las hemos hecho más de una vez” y que por lo tanto, el asunto se volvió escándalo sólo por la posición política del personaje en cuestión.
Lorenzo Córdova argumentaba incesantemente en su defensa el “acceso ilegal” a la conversación “privada” donde se mofaba del “mal castellano” de sus “asesorados”, pese a que el contenido de la conversación era de agenda pública. En entrevista concedida a CNN manifestó: ...si hay alguien que se sintió agraviado por este modo de comunicarme en el ámbito privado, por supuesto ofrezco una disculpa en ese sentido, ahora esto no tiene nada que ver como algunos han pretendido sostener, con una discriminación a un grupo social, hacia una minoría mucho menos[…]

Es decir, “mi racismo y clasismo son normales en el ámbito de lo privado, pero por supuesto jamás haría una broma así en mi carácter de Servidor Público”.  Sin embargo la hipocresía, no sólo de Córdova, sino de todos aquellos que reconocían como normal y habitual el racismo y clasismo es lo que más debería preocuparnos, sobre todo si “La vergüenza no es robar, sino robar y que te cachen”.